Este viernes tuvo lugar la batalla de las balas innumerables en el Valle del Patio de Añisclo. Los valientes soldados del general Rubio tuvieron el gran honor de defender la fortaleza de los asaltos de los bandidos de López. Se vivieron momentos de tensión, valentía y gloria. Cómo por ejemplo, el valiente sacrificio del teniente Ordás, que sacrificó su vida para que los valientes pudieran realizar el asalto. Otro momento glorioso fue el intento del cabo Saurina de penetrar las líneas enemigas atravesando todas las trincheras. Se quedó a pocos centímetros de conseguir su objetivo. También hubo traiciones, el grumetillo Lasaosa, usando un walki talkie, hizo de topo pasando información a los bandidos de como se estaba organizando la defensa. Gracias a Dios, los valientes soldados del general Rubio consiguieron detectar el topo y ejecutarlo convenientemente.
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